jueves, 9 de enero de 2014

El retrato improvisado de Juan Carlos






El retrato es una modalidad fotográfica más dificil de lo que a priori podría suponerse. Se trata además de sacarle favorecido, de captar en el rostro del retratado parte de su esencia y personalidad. Esto es aplicable tanto a niños como a adultos. Y como los ojos son el espejo del alma, son estos uno de los puntos clave a la hora de fotografiar a una persona. Por eso es importante que estén bien enfocados.

Ha habido a lo largo de la historia grandes fotógrafos que han destacado como retratistas. Mi favorito es Richard Avedon, uno de los mitos contemporáneos de la fotografía. Su obra "In the american west" es sencillamente espectacular. Otro que podemos destacar es Irving Penn, el mítico fotógrafo de las revistas Vogue, Vanity Fair o The New Yorker. O mujeres como Diane Arbus,  o Dorothea Lange.

No pretendo ni mucho menos compararme con ellos, pero el retrato me gusta porque para mi supone un reto. No es facil palsmar en una toma rasgos del caracter del retratado, aproximarse a lo que sería su retrato psicológico ¿Tiene una personalidad fuerte? ¿Es una persona decidida, dulce, alegre, enérgica...? Los niños son por naturaleza joviales e inocentes, es relativamente fácil captar estos rasgos. En los adultos la cosa cambia.

Esta tarde me ha visitado un antiguo amigo y he aprovechado para hacerle un retrato. Venía de paso y con prisa así que no hemos tenido tiempo de preparlo. Casualmente estaba practicando unos esquemas de luz y tenía colocadas las luces. Le pedí que se colocara en el lugar adecuado e hice la foto. Es la que acompaña esta entrada del blog. Acabo de mandársela por e mail, espero que le guste.



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